El 24 de noviembre marca una fecha de luto y celebración en el ámbito artístico mexicano: el aniversario luctuoso de Diego Rivera (1886-1957), uno de los creadores más influyentes del siglo XX. El pintor y muralista falleció en la Ciudad de México en 1957 a los 70 años, dejando tras de sí un legado monumental que sigue siendo la representación gráfica de la identidad y la lucha social de México.
Rivera no fue solo un artista; fue un cronista visual. Junto con José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, cofundó el Movimiento Muralista Mexicano, una corriente que tenía como objetivo llevar el arte al pueblo, utilizando los muros de los edificios públicos como lienzos para educar sobre la historia, la Revolución y la cultura prehispánica.
Vida y Obra: La Pintura al Servicio del Pueblo
Nacido en Guanajuato, Diego Rivera comenzó sus estudios en la Academia de San Carlos. Su formación lo llevó a Europa, donde incursionó en el cubismo y el postimpresionismo, conviviendo con figuras como Pablo Picasso. Sin embargo, a su regreso a México, Rivera adoptó una visión artística con un fuerte componente social y político, uniéndose al Partido Comunista Mexicano.
Su obra cumbre, que se encuentra en edificios federales y estatales, abordó temas como la lucha de los trabajadores, la crítica al capitalismo y la exaltación de la cultura indígena. Entre sus obras más trascendentes se encuentran:
- Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (resguardado en el Museo Mural Diego Rivera).
- El Hombre Controlador del Universo (Palacio de Bellas Artes).
- Murales del Palacio Nacional: Donde plasmó de manera épica la historia de México desde la época prehispánica hasta la Revolución.
La visión de Rivera se centró en ver a las culturas prehispánicas como el sustento de la identidad nacional, esforzándose por integrar ese pasado al México contemporáneo.
La Rotonda y el Legado Inmortal
Diego Rivera falleció en su casa estudio en San Ángel Inn, en la Ciudad de México, el 24 de noviembre de 1957. Fue velado en el Palacio de Bellas Artes, un honor reservado solo a las grandes figuras del país. Sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres, un mausoleo que congrega a los hombres y mujeres que más han contribuido a la grandeza de México.
La conmemoración del Aniversario luctuoso Diego Rivera 24 noviembre es una ocasión para que las instituciones culturales reiteren su compromiso con la conservación de su vasto legado, asegurando que sus murales sigan siendo una fuente de reflexión y conocimiento para las nuevas generaciones sobre la historia y la identidad mexicana.
