La víspera del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas (25N) ha transformado el paisaje del Centro Histórico de la Ciudad de México. Las autoridades capitalinas han desplegado un operativo de seguridad sin precedentes, que incluye el blindaje de los edificios más emblemáticos ante la marcha feminista convocada para este martes.
El resguardo es notorio: Palacio Nacional, la Catedral Metropolitana y el Palacio de Bellas Artes ya se encuentran amurallados con vallas metálicas que, a diferencia de otras ocasiones, han sido reforzadas con bloques de concreto y cemento. Esta medida de fuerza subraya la preocupación del gobierno por evitar que se repitan los destrozos y los enfrentamientos violentos registrados en protestas anteriores, como la reciente marcha de la Generación Z.
El Refuerzo con Concreto: Lecciones de la Violencia Previa
La decisión de reforzar las vallas con bloques sólidos de concreto representa un cambio en la estrategia de contención. En marchas anteriores, como la del 15 de noviembre, las vallas metálicas habían sido respaldadas con tanques gigantes de agua. Sin embargo, estas barreras mostraron ser insuficientes, siendo derribadas por grupos de manifestantes, lo que llevó a enfrentamientos directos.
El Blindan Palacio Marcha Feminista es, por lo tanto, una respuesta directa a la creciente intensidad de las protestas. El gobierno federal y la Jefa de Gobierno han defendido la colocación de estas vallas, argumentando que su objetivo principal es proteger la integridad de las manifestantes pacíficas y evitar provocaciones, además de resguardar el patrimonio histórico.
La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha insistido en que las vallas son una medida preventiva contra los grupos minoritarios que utilizan la violencia (como bombas molotov o artefactos incendiarios), y que esta protección es necesaria para evitar enfrentamientos que puedan generar heridos, tanto entre las manifestantes como entre las mujeres policías de contención.
La Carga Simbólica del 25N
El despliegue de seguridad en el Blindan Palacio Marcha Feminista ocurre en el marco de la conmemoración más sensible del calendario. El 25N es un día de máxima exigencia de justicia y alto a la violencia de género, en un país donde los feminicidios y la impunidad son problemas estructurales.
Colectivas feministas y organizaciones civiles han convocado a la marcha, que partirá de puntos clave como la Diana Cazadora o la Glorieta de las Mujeres que Luchan (antes del Ángel de la Independencia) con dirección al Zócalo. El mensaje es claro: “No pedimos justicia, la arrancamos”, y buscan “incendiar la conciencia colectiva” para que el gobierno y la sociedad no ignoren más la violencia que padecen las mujeres.
La presencia de las vallas, aunque justificada por las autoridades como un acto de protección, es percibida por muchos colectivos como un símbolo de la distancia institucional y la negación a escuchar las demandas históricas de las mujeres. La tensión se mantendrá en las calles mientras los contingentes feministas busquen superar las barreras físicas que protegen el corazón político e histórico del país.
