El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25N) se vivió en Oaxaca con una masiva movilización de colectivas feministas, activistas y familiares de víctimas, que alzaron la voz contra la violencia feminicida y la impunidad que persiste en el estado.

La protesta, que recorrió las principales calles de la capital oaxaqueña, se concentró en el clamor por la justicia y la seguridad, en un estado que ha registrado un alto número de muertes violentas de mujeres en los últimos años, a pesar de contar con una Alerta por Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) decretada desde 2018. Las manifestantes vestidas de negro y morado, con veladoras, cruces y pancartas, repudiaron la inacción del Estado frente a la crisis.

El Muro del Miedo: Blindaje de Edificios

Uno de los puntos de crítica central de la jornada fue el operativo de seguridad implementado por el Gobierno de Oaxaca. Siguiendo la práctica de la Ciudad de México, diversos edificios públicos y monumentos del Centro Histórico fueron protegidos con vallas metálicas.

Las manifestantes señalaron que este blindaje no es solo una protección al patrimonio, sino un reflejo del miedo de las autoridades. Las voceras de las colectivas feministas fueron enfáticas:

“El blindaje de los edificios respondió al miedo de las autoridades, cuando lo que ellas exigen es frenar la violencia feminicida. Colocan muros para proteger el concreto y el mármol, mientras la vida de las mujeres sigue sin tener garantías.”

Este contraste entre la protección de la infraestructura física y la vulnerabilidad de las mujeres ha sido una constante en las marchas del 25N, donde las manifestantes argumentan que los recursos y el personal movilizados para resguardar los edificios deberían ser destinados a la prevención y la procuración de justicia.

La Realidad de “Oaxaca Feminicida”

Los datos oficiales y los registros hemerográficos de organizaciones civiles como Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad de Oaxaca (Consorcio Oaxaca) han evidenciado la gravedad de la crisis. Si bien las cifras oficiales de feminicidio pueden ser bajas, la cifra de muertes violentas de mujeres es alarmante. La tendencia apunta a que solo una fracción de los asesinatos se investiga como feminicidio, lo que subraya la persistencia de la impunidad.

La marcha en la capital oaxaqueña sirvió para visibilizar los casos de mujeres asesinadas y desaparecidas, exigiendo a la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) que investigue cada muerte violenta de mujer bajo el protocolo de feminicidio y que el “Atlas de Feminicidio” sea utilizado activamente para diseñar estrategias de prevención eficaces en regiones clave como Valles Centrales.

La jornada de protesta concluyó en el Zócalo con un mitin y un pase de lista de las víctimas, reafirmando el compromiso colectivo de las mujeres de Oaxaca de seguir luchando hasta que el Estado garantice una vida libre de violencia para todas.