Ciudad de México, 16 de septiembre de 2025. — La noche del 15 de septiembre quedará marcada en la historia del país: Claudia Sheinbaum Pardo, primera presidenta de México, se convirtió también en la primera mujer en dar el tradicional Grito de Independencia desde el balcón de Palacio Nacional, rompiendo una tradición encabezada exclusivamente por hombres durante 213 años.
En su arenga, Sheinbaum no solo mencionó a los héroes que dieron patria y libertad, sino que hizo un reconocimiento especial a las heroínas de la Independencia, a las mujeres indígenas, y al México “libre, independiente y soberano”.
“¡Vivan las heroínas y héroes que nos dieron patria!”, “¡Vivan las mujeres indígenas!”, “¡Viva México!”, fueron algunas de las expresiones que resonaron en la Plaza de la Constitución, donde miles de asistentes respondieron con júbilo.
Un hecho histórico
Desde que Miguel Hidalgo y Costilla iniciara la lucha en 1810, la conmemoración del Grito de Independencia ha sido encabezada únicamente por hombres: virreyes, presidentes interinos y constitucionales. Con Sheinbaum, se rompe esta cadena de más de dos siglos, convirtiendo su participación en un acto simbólico de representación política y social.
Especialistas señalan que la importancia radica no solo en el hecho de que una mujer encabece el acto patrio más emblemático del país, sino en que su discurso reivindica el papel de las mujeres y pueblos originarios en la historia nacional, sectores que durante décadas quedaron invisibilizados.
Una celebración con significado
El acto se complementó con música, luces y fuegos artificiales que iluminaron la noche en el Zócalo capitalino, donde familias de distintas regiones del país se congregaron para conmemorar la Independencia.
Más allá de la ceremonia, el Grito de Sheinbaum representa un momento simbólico en la construcción de un México más incluyente, donde las voces de las mujeres, los pueblos indígenas y otros sectores históricamente marginados son reconocidos en la narrativa nacional.